Sí, bueno... ¿no?

‘No hay rival pequeño’. ‘Son once contra once’. ‘El partido hay que jugarlo’. Y tópicos así nos rellenan horas y páginas deportivas una y otra vez. Muy pocas veces encontramos un Mourinho o un Guardiola que se salgan un poco de la tónica habitual en el mundo del fútbol. Y muy pocos futbolistas saben ir más allá de la frase recurrente de cada día. No todos son un Guti sacando los pies del tiesto ni un Maradona dando consejos sobre qué llevarse a la boca en un momento concreto. Es más, la mayoría hasta termina imitando patrones estándar cuando se encuentra un micrófono, una cámara o una grabadora delante. Podríamos culpar al periodista deportivo de no saber picar (como diría Guardiola) o de no ser capaz de sacar algo novedoso de una entrevista, rueda de prensa o toma de declaraciones. Pero no. No nos engañemos. En la mayoría de los casos, la culpa es de que la mayoría de los futbolistas se fijan unos en otros, aparte de que el hábito de la lectura y el cultivo intelectual es algo para lo que no tienen tiempo en sus ajetreadas y ocupadas vidas, con tantas horas de trabajo y la necesidad de estar concentrados en los hoteles, donde es imprescindible preparar a conciencia los partidos a base de pocha y Play Station.

Por eso, no es de extrañar que les cueste expresarse. Quién no se ha dado cuenta de las muletillas que algunos futbolistas acaban convirtiendo en santo y seña de su identidad. “Sí, bueno, ¿no?”, que diría Raúl. Seguro que sí. Seguro que os ha llamado la atención cómo Sergio Ramos empieza casi siempre sus respuestas con un “Está claro que…”. Además, es algo que imita su paisano y gran amigo Jesús Navas. Se nota que se llevan bien. “La verdad que…” es otra fórmula muy usual. Messi es uno de los que la tienen entre sus favoritas. Como eso de “ojalá que…” –también utilizado por Higuaín y algún otro jugador argentino- o el “creo que…”, parecido al “yo creí que…” de Rivaldo. Y, por supuesto, el "estoy confiante" de Cristiano Ronaldo.

La pena es que, una vez retirados, los futbolistas no escarmientan. Que se lo digan a Mijatovic y su “lo que pasa es que…” o a Butragueño con el “parece que…”, y eso que ‘El Buitre’ aparenta ser un hombre instruido y con don de palabrerío. Ni tampoco se libran los entrenadores, como Fabio Capello con “hemos /h/ugado bien”.

En realidad, no me extraña que la RAE haga cambios en el diccionario. Debe ser complicado emplear tanto vocablo y meter goles a la vez. Así, con sencillez, cortita y al pie… mucho más fácil. Con cuatro páginas van más que sobrados. Total, para entender a Inda, que es lo que éstos leen, tampoco hay que controlar mucho más.